Estos alumnos obtienen cerca de 100 puntos menos en la PSU que los hijos de padres profesionales o técnicos.
Entre 1990 y 2009, la cantidad de personas que ingresaron a la educación superior casi se triplicó. Hoy, la mayoría de los jóvenes que cursan estudios superiores conforman la primera generación de su familia que accede a este tipo de enseñanza.
Según un estudio realizado por investigadores del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con el Ministerio de Educación, el 28,9% de estos alumnos ingresan a carreras de educación.
Los datos del estudio -publicado por el Consejo Nacional de Educación- forman parte de una encuesta que se aplicó el año pasado a mil 315 estudiantes que se encontraban en segundo medio y rindieron el Simce en 2003, a los cuales se les hizo un seguimiento.
Además de ingresar preferentemente a carreras de educación, los alumnos de «primera generación» también optan en forma importante por las áreas de tecnología y de administración y comercio.
Explicaciones
Un factor relevante para la elección de carreras es el puntaje que obtienen en la PSU: los hijos de familias sin estudios superiores obtienen en promedio 459,5 puntos, 100 menos que quienes tienen padres profesionales o técnicos. Sólo el 7,4% , además, obtiene más de 600 puntos en la prueba.
«Este tipo de estudiantes tienen dos alternativas al ingresar a la enseñanza superior, una es la educación técnica. Y la otra, si quieren una carrera profesional y se les cierran las posibilidades, optan por pedagogía, que no pide mucho puntaje», explica Jorge Castillo, uno de los autores de la investigación.
El optar por algunas carreras específicas implicará que, una vez egresados, sus sueldos sean cerca de $300 mil más bajos que los que obtienen quienes tienen padres con estudios superiores.
Si se consideran los antecedentes escolares, el 62,5% de quienes son primera generación de su familia con estudios superiores cursaron prekínder y kínder, y obtuvieron en el Simce de segundo medio puntajes más altos que quienes no lograron acceder a la educación superior.
El 58% de ellos provienen de hogares con ambos padres. Entre más años de estudio tienen éstos, mayor es el interés de los hijos por ingresar a la universidad en lugar de optar por carreras técnicas o institutos.
«Al parecer, la composición y el capital cultural de la familia terminan abriendo posibilidades para que los jóvenes puedan ingresar a la educación terciaria», sostiene el estudio.
El Mercurio
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