Paul Van den Broek es uno de los expertos más reconocidos a nivel mundial en el área de cognición, cerebro y aprendizaje. Invitado por el Centro de Investigación Avanzada en Educación de la U. de Chile (CIAE), participó del Simposio Internacional sobre Literacidad en la Escuela, organizado por el CIAE y que reunió a cerca de 50 investigadores internacionales y locales en la ciudad de Los Andes.
En su exposición en el simposio, Van den Broek, quien es profesor de Ciencias de la Educación de la Universidad de Leiden y director del Laboratorio de Educación y Cerebro de ese centro de estudios, detalló cómo funcionan los procesos inferenciales y cuáles son los factores que inciden en la comprensión lectora. También explicó las diferencias individuales que dan origen a los problemas de comprensión cuando se leen textos.
Sobre esos temas y sobre cómo los profesores y los padres pueden ayudar en este proceso, el experto conversó con el CIAE.
–Usted dice que el producto de una buena comprensión lectora es, por un lado, la representación mental de los elementos del texto y del conocimiento previo o background del individuo y, por otro, la construcción de relaciones significativas entre estos elementos. ¿De qué manera los niños construyen relaciones significativas entre esos elementos?
Los niños necesitan pensar en las piezas de la información, como un todo. Si prestan atención a una sola pieza, no pueden hacer conexiones. Necesitan poner atención a las partes que deben conectarse y al tipo de relación que hay entre las diversas partes. Es muy importante colocar la atención en relaciones que expliquen por qué algo pasa, aunque frecuentemente ello no sucede.
–¿De qué manera los profesores pueden ayudar en ese proceso de construcción de relaciones significativas?
Los docentes pueden modelar y mostrar cómo ellos mismos comprenden los textos y mostrar fallas en la comprensión lectora, de manera que los niños puedan identificar los errores. Cuando se modela no sólo se debe hacer para mostrar aciertos, sino también los errores. Eso es más interesante para los niños y les muestra claramente los diferentes grados de comprensión, que el lector tiene el control de la lectura y qué tan profunda puede ser su comprensión.
–Usted señala que tanto la decodificación como las habilidades de comprensión oral contribuyen a la comprensión lectora. En algunos países, en los que se adelanta la enseñanza de la lectura, los niños comienzan a decodificar letras incluso antes de desarrollar comprensión oral. ¿Ambos deben desarrollarse juntos?
El gran peligro de sólo enfocarse en decodificación es que los niños pueden comenzar muy tardíamente a desarrollar comprensión y esa falla en comprensión lectora se puede prolongar hasta la vida adulta.
–¿Cómo se pueden desarrollar las habilidades de comprensión en los primeros años?
Los padres tienen un enorme impacto, incluso desde los dos o 3 años, con relatos simples, a través de su interacción con sus hijos, utilizando juguetes, cuentos, con programas televisivos educativos, haciendo preguntas sobre qué pasaría a continuación, etc. Si los padres no tienen la educación necesaria, la educación puede compensarlo con tiempo interactivo con los niños.
–Usted señala que mientras más conexiones mentales tiene un hecho o evento, es más posible recordado. ¿Cómo se relaciona eso con el vocabulario por ejemplo?
Si se piensa en vocabulario como un número de palabras que se maneja, no es tan importante, pero si se piensa en vocabulario como asociaciones entre palabras, por ejemplo, entre silla y sus usos u objetos relacionados, entonces el vocabulario incluye conexiones y éste aspecto del vocabulario es el importante para la comprensión. Entonces, lees la palabra silla y se te viene a la mente su imagen y puedes conectarla con otras imágenes y conceptos. También se producen conexiones entre el mismo texto.
–¿Qué otras conexiones se realizan en la comprensión lectora y por qué son importantes?
Dependen, de alguna manera, del propósito del texto. Si éste es narrativo y busca, por ejemplo, que se identifique al protagonista y su historia, las conexiones entre emociones y las acciones serán importantes. En un texto histórico, por ejemplo, no es tan simple. Si éste se lee, porque al otro día hay un examen, entonces se leerá poniendo atención a los detalles. Si se lee para preparar una presentación, se hacen conexiones entre las ideas generales. Las conexiones dependen del objetivo del texto y un buen lector reconoce cuál es su objetivo y qué conexiones serán importantes.
–Por ejemplo, leer un texto para responder una prueba de alternativas múltiples, ¿permite desarrollar la comprensión lectora?
Es posible diseñar preguntas de alternativas múltiples que permitan desarrollar y evaluar la comprensión lectora, pero es muy difícil. El resultado es que muchas veces se termina preguntando de qué color era la casa o habitación del protagonista, lo que no es comprensión lectora profunda.
–Usted señaló que hay dos tipos de individuos con problemas de comprensión lectora: los que sólo hacen conexiones a nivel de la oración y no a nivel global; y los que hacen conexiones en todo el texto, pero éstas son irrelevantes. ¿Qué rol le cabe a los formadores de docentes y a quienes brindan formación continua en brindar las herramientas para que los profesores identifiquen a ambos?
Para muchos profesores es difícil identificar a los tipos de niños con problemas de comprensión y no tienen las herramientas para preguntarse por qué o dónde residen los problemas de comprensión. Sin embargo, creo que no es posible enseñar a los profesores a identificar claramente los dos tipos de problemas de comprensión lectora, sino más bien que ellos comprendan los procesos por los cuales se produce la comprensión lectora. Lo mismo sucede con matemáticas: sólo entendiendo los procesos que ocurren en la resolución de un problema, se puede enseñar a los alumnos a diagnosticar sus propios errores.
–¿Qué otras habilidades son claves para la comprensión lectora en el desarrollo posterior de un niño, hasta llegar a la adultez?
La motivación es un elemento crucial, que los profesores necesitan tener en cuenta. Los niños tienen motivación externa (las pruebas), pero necesitan motivación interna. Cuando terminas el colegio, nadie te pedirá ni necesitarás seguir leyendo, a menos que necesites leer para cosas prácticas o para tu profesión. Así, uno se encuentra con algunos adultos que, cuando leen periódicos, por ejemplo, no saben distinguir una opinión de un hecho o de una hipótesis. Decodificar juega un rol en la adultez, pero también la motivación puede hacer mucho para mejorar la comprensión lectora.
Texto: Elizabeth Simonsen – Comunicaciones CIAE
Fuente: http://www.ciae.uchile.cl/index.php?page=view_noticias&langSite=es&id=958
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