Aunque con una agenda ocupada debido a las importantes tareas propias de Junji, como lo son el desarrollo de aspectos pedagógicos, la creación de la editorial de la institución, la puesta en marcha de nuevos establecimientos y otros asuntos administrativos, Desirée López de Maturana nos recibió en su oficina, ubicada en la comuna de Providencia, para conversar sobre la nueva institucionalidad creada hace dos años y, que, según indica, ha permitido “mostrar que la educación pública parte desde los primeros meses de vida de los niños y niñas, es decir, desde la Sala Cuna”.
Con una mirada atenta y una voz certera, la Vicepresidenta de la Junji comentó sobre los desafíos de la institución y la necesidad de permitir que los niños y niñas sean los protagonistas de su propio aprendizaje, en un contexto educativo que con el tiempo se ha caracterizado por “exigencias adultistas”.
Por Tomás García Álvarez
En el año 2015 se crea la Subsecretaría de Educación Parvularia, lo que vino a establecer una nueva institucionalidad ¿qué avances ha permitido su creación?
Un gran salto en el reconocimiento de la educación parvularia como “nivel educativo”. La nueva institucionalidad crea una nueva puerta de entrada a la educación pública desde la sala cuna. Es decir, hoy día podemos decir que la educación parvularia tiene rango ministerial.
¿De qué forma ha contribuido la Junji a la labor desempeñada por la subsecretaría?
Hemos colaborado fundamentalmente en la implementación de las políticas públicas que fortalecen la Educación Parvularia y que son parte de la reforma educacional que ha llevado a cabo este Gobierno. Estamos avanzando en accesibilidad de niños y niñas a los niveles iniciales de educación, a través de la ampliación de cobertura en nuevos establecimientos diseñados y equipados con materiales de un alto estándar y también en la generación de espacios educativos de calidad. Hemos puesto énfasis en la actualización de las Educadoras y Técnicas con nuevos instrumentos orientadores, perfeccionamientos, Diplomados, pasantías y transformando la supervisión en un acompañamiento horizontal, sistemático y permanente.
Es uno de los compromisos del gobierno…
La Presidenta ha planteado el tema del acceso, pero un acceso con calidad. No es solo ampliar cobertura, no es solo tener más cupos, sino cómo las oportunidades que van a tener los niños dentro de estos espacios educativos van a generar una mayor equidad y justicia social. Toda esta política pública está desarrollada desde un enfoque de derechos, y con esa perspectiva estamos trabajando.
El debate en educación pareciera haberse centrado en los últimos años en el nivel superior, debido a las movilizaciones estudiantiles que han permitido una mayor aparición mediática. Sin embargo, López de Maturana considera que los amplios consensos obtenidos en educación parvularia hacen posible avanzar en un camino, donde los niños están en el centro.
“La cantidad de recursos y de leyes que se han aprobado en la educación parvularia no es menor. Tener hoy una subsecretaría, contar con una Intendencia de Educación Parvularia, estar ampliando cobertura, todos esos han sido enormes avances”, enfatiza la Vicepresidenta de la Junji.
Por un lado, cobertura e inyección de recursos. En lo que respecta a las prácticas pedagógicas, ¿son abordadas en la reforma a la educación parvularia?
Cuando hablamos de enfoque de derechos hablamos de tener una educación pertinente a la edad de los niños y niñas que estamos atendiendo. En ese sentido, hemos puesto mucho énfasis en establecer espacios educativos que permitan la exploración, que permitan el descubrimiento y el desarrollo máximo de la creatividad de los niños y las niñas. Espacios que permitan el asombro, que es el que va a llevar al aprendizaje significativo, es decir que el goce que les provoque la actividad que están desarrollando, puede ser un predictor del aprendizaje.
Estás prácticas aterrizadas a los contextos y particularidades que tienen los niños y niñas…
Eso tratamos de que ocurra absolutamente porque, incluso, gran parte de los materiales de apoyo que tienen en los jardines infantiles están siendo comprados en base a las especificidades de cada región. Porque, por ejemplo, si nosotros compramos un contenedor plástico podemos mandarlo a todo Chile, pero hay regiones donde la cestería es propia de la cultura como en otros lugares puede ser la madera, la totora o el mimbre. Entonces, la idea es que los materiales que están en las distintas regiones tengan que ver con la pertinencia cultural y del entorno natural.
Hace algunas semanas, la Subsecretaría de Educación Parvularia, María Isabel Díaz, anunció el proceso de reconocimiento oficial que tendrán que enfrentar los establecimientos educativos dirigidos a la primera infancia. Para Desirée López de Maturana “tener un parámetro exigente nos lleva a mejorar las condiciones de los establecimientos”.
Pese a que la regulación se centraba en los jardines y salas cuna privados, en la actualidad, también correrá para las instituciones educativas públicas. “Hoy día también estamos poniendo nuestros jardines bajo la misma lupa para que, desde el Estado, tengamos establecimiento con reconocimiento oficial para su óptimo funcionamiento. Estamos trabajando en eso”, afirmó la educadora, quien antes de encabezar la Junji fue directora regional de Coquimbo.
El reconocimiento oficial se entrecruzó con el debate en torno al Decreto N° 115, que establece la presencia de 45 niños por aula y que ha sido cuestionado por educadoras y educadores, ¿qué posición tiene la Junji frente a esta indicación?
El coeficiente adulto-niño es importante para la calidad de la educación y lo tenemos muy claro. En la Junji creemos que tenemos que ir modificando el coeficiente, aunque sabemos que es un tema gradual, que no se resuelve de un día para otro.
Un desafío que tendrá que asumir la institucionalidad de la que conversábamos. Y, ¿qué desafíos propios tiene la Junji?
Modernizar la institución para poder responder a todas las tareas que la reforma nos pone. Necesitamos seguir avanzado en la ampliación de cobertura, seguir generando mejores espacios con oportunidades para los niños y niñas. También avanzar hacia la universalidad de la oferta, y que sea una oferta pública, de calidad y que continúe siendo gratuita por siempre. Para quienes trabajamos en educación parvularia poder desarrollar una voz más clara para decir lo que se requiere. Es un nivel que tenemos que saber difundir de mejor manera.
En ese sentido, ¿qué mensaje le entregaría a las trabajadoras y trabajadores de la educación parvularia?
Es necesario tener una labor más proactiva, sentirnos que todos somos embajadores de la educación parvularia. Si la gente no conoce la educación parvularia, es porque quizás quienes si la conocemos no la hemos sabido difundir, y esto va más allá de la labor de una institución o del gobierno. Las políticas de infancia interpelan nuestro rol activo y ciudadano. Es necesario poner la educación de nuestros niños y niñas como un tema central de la conversación y de la reflexión política, tal como lo ha mandatado en sus dos gobiernos la Presidenta Michelle Bachelet. Al mismo tiempo, recuperar la mística que tiene la educación parvularia, reconociendo y respetando el derecho que tienen los niños y las niñas de ser niños y de ser niñas.
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