María Victoria Peralta Espinosa
Esta semana tuve el honor de participar en la inauguración un jardín infantil de la Municipalidad de Santiago al que le pusieron el nombre de quien escribe, un reconocimiento que valoro por todos estos años dedicados a la educación de la primera infancia. En la ceremonia, la subsecretaria de Educación Parvularia, doctora María Isabel Díaz, entregó a conocimiento público la especificación de algunas políticas para este nivel que quisiera relevar y comentar.
En el ámbito de aumento de la atención del nivel, que debido a la pandemia tuvo un retroceso por el cierre de jardines infantiles particulares, se planteó continuar «ampliando la cobertura con distintas propuestas tanto lo que uno conoce como jardines infantiles más tradicionales, pero también con otros tipos de jardines que estamos llamando como modalidades alternativas».
Este anuncio es de singular importancia, no sólo por el reconocimiento del derecho a la educación para todos ellos o por la creación de nuevos jardines infantiles, sino por la creación de otras modalidades de atención educativa que han sido llamadas no-formales o alternativas.
Chile tiene una amplia experiencia al respecto, que ha permitido llegar a los rincones más lejanos, o a contextos que, por causas personales de los párvulos o del sistema familiar o cultural, requieren de otras formas de atención considerando los muchos medios y estrategias con que ahora se cuenta. Esperamos que se les reconozca como alternativas educacionales y tengan todo el apoyo técnico y financiero para su adecuada implementación y evaluación.
Otro de los anuncios realizados por la subsecretaria fue la entrega de una certificación o reconocimiento oficial a los jardines infantiles. En sus palabras, se puede velar «para tener una línea base de calidad», considerando que se refiere a infraestructura, equipamiento, dotación de personal, proyecto educativo, entre otros aspectos.
Curricularmente se pretende superar la sobreescolarización que ha desdibujado los propósitos centrales del nivel y avanzar a proyectos innovadores, como señaló «que de alguna manera rompen lo que es el «asignaturismo» y lo que hacen es abrir procesos de nuclearización que dan una mirada mucha más integradora de lo que hoy día es la concepción del proceso de enseñanza y aprendizaje».
Sin lugar a duda que estos anuncios son «buenas noticias», responden ampliamente a lo que el nivel estaba esperando y deseamos que todos quienes estamos involucrados en ello, aportemos lo que corresponde con amor y ciencia, por el bienestar y educación de nuestros maravillosos niños y niñas, ciudadanos del nuevo Chile que soñamos.
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